Me encanta jugar con la "Caja de las Palabras Mágicas", y lo hago con frecuencia. La primera vez fue con un personaje muy simpático que atrajo mi atención: "la señora de rojo". Leí el cuento a mis alumnos. Jugamos con él, y entre todos le compramos cosas para su casa, rojas por supuesto, flores para su jardín, rojas por supuesto. Hasta que un día al ir a regarlas encontró una flor de otro color. (¿de qué color era?, ¿quién la había llevado allí?, ¿para qué?).

Alguien contó que un día estuvo a punto de ocurrirle un accidente porque viajó hasta una gran ciudad y cruzó la calle cuando el semáforo estaba de color... ¡rojo!

Llegamos a la conclusión de que una señora tan original debía tener unos amigos tan originales como ella. Los invité a imaginar cómo serían esos amigos y a dibujarlos.
Y jugamos, escribimos, dibujamos, modelamos.

El resultado fue fantástico. Conocimos a multitud de amigos: La señora de verde, La señora de azul, La señora naranjirosa, La señora de marrón, La señora de colorines.

Hicimos en clase una exposición de retratos de todas las señoras. 

Más tarde creamos cuentos cuyos protagonistas eran las señoras. Los leímos en clase. Enviamos alguno al periódico local, DIARIO SUR de Málaga y un día nuestra sorpresa fue mayúscula, publicaron "LA SEÑORA NARANJA".