Este cuento está dedicado a los alumnos de Infantil de 3 años del Colegio La Atunera de La Línea de la Concepción. Cádiz, que con motivo del Día del Libro pidieron un cuento que tuvieron como protagonista a Paula.

     
 

PAULA VISITA TEFANTE

En medio de una ciudad grande, habitaba una extraña selva llamada Tefante, pequeñita, diferente, interesante. Lo que la hacía cambiante era que en ella sólo habitaba gentefante.

-¡Adiós, doña Mariele!

-¡Hasta luego, don Josefante!

Todos se conocían y alegres, alegres vivían.
El sol, a través de las grandes hojas de los árboles, calor les daba, claro que de vez en cuando, una traviesa nube ¡huy!, con agua los regaba.
Los fantepequeños disfrutaba y hacían amigos divertidos en el Trompacole. Cuando salían al recreorejota, todos jugaban a la pelota.
Un día, con la llegada de un truenofante apareció un niño distinto, estaba claro que era de otra selva.

-¡Oh! -exclamaron todos un poquito sorprendidos, pues si bien habían oído contar historias de otros lugares, nunca habían salido de Tefante.

-¿De donde vienes niño raro? - preguntó el polifante.

-No soy un niño, soy una niña y me llamo Paula.

-¡¡Una niña!! - exclamaron todos.

-Eso quiere decir -aclaró el más ancianifante- que has cruzado la línea, vienes de la gran ciudad.

-Sí, así es -dijo la niña que no parecía extrañada-, estaba muy aburrida y empecé a correr y correr y sin darme cuenta llegué. Aquí estoy y... ¡es verdad lo que me contó mamá, sois los personajes de mi cuento!

-¿En un cuento dices?, Paula -preguntó doña Elelola.

-Sí, tengo un cuento en el que estáis todos dibujados, pero mamá me decía que en verdad existíais, que no sólo estabais dentro del libro. Ya veo que así es. Podéis hablar, comer, jugar. ¡Es estupendo, poder vivir en un cuento!

-Bueno, ven a jugar -dijo Juanjofante-, algo tendrás que contar cuando regreses.

-Pero, ¿tendré que regresar? -preguntó triste Paula.

-¡Claro! -dijo don Josefante-, tus papás te buscarán, te echarán de menos.

-Es verdad -dijo Paula-, pero un ratito me puedo quedar, así que vámonos corriendo a saltar.

-Yo, mientras, haré fantechoco para merendar -dijo la eleprofe-. De rechupete lo vamos a pasar.

Cuando llegó la noche, Paula cayó rendida en la cama.

-¿No quieres que te cuente el cuento de la selva de Tefante?

-Me duermo, mami -dijo Paula-, además he estado toda la tarde jugando allí, con los niñofantes.

-Está bien -dijo la madre de Paula sonriendo mientras cerraba el libro -, mañana lo leeremos. Y pensó: "Qué feliz es Paula cuando su imaginación le lleva a pensar que está dentro de los cuentos, mira que decir que ha estado en la selva de los elefantes".

Todo se durmió entonces, incluso el buhofante de peluche que le habían regalado a Paula los habitantes de Tefante.

Carmen Ramos