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"LA RANA QUE NO
CROABA"...
en el reino de la cra, cre, cri, cro, cru
Había una vez , una laguna , en la cual habitaba una rana llamada Cristina.
Cristina tenía dos amigos: Cristian y Crisógono, pero también tenía un problema: no sabía croar.
En el colegio todas las ranas menos Cristian y Crisógeno se reían de ella . En el recreo, se tomaba su crema cremosa de plantas y moscas y luego iba a buscar a sus amigos. Si sus dos amigos no venían, ella se sentía muy sola y triste y las demás ranas la decían que fuera a jugar con ellas para que hiciera de criada. La pobre Cristina no tenía más remedio que obedecer, porque si no se lo decían a la profesora.
-¡Qué crueles son conmigo! -se lamentaba Cristina-. ¡Hasta la profe me regaña!
Un día Cristina decidió cruzar la laguna e ir a otro pueblo. Ella había oído que en ese pueblo había una escuela en la que se aprendía a croar.
-Se van a enterar los cretinos de mi cole cuando aprenda a croar -se decía.
Llamó a Cristian y a Crisógono y les preguntó:
-¿Queréis cruzar la laguna conmigo?
-No sé si mis padres me dejarán. Creo que cruzar la laguna es muy peligroso -dijo Cristian.
-Bueno, yo sí que voy, seguro, pero me tendré que llevar muchas croquetas, croasanes y cremas de cebolla cruda. Ya sabéis que no puedo estar sin comer mucho rato. Además será divertido,
haremos un crucero -dijo Crisógono.
-De acuerdo, se lo preguntaré a mis padres -confirmó Cristian.
Cristina se puso muy contenta cuando sus padres le dijeron que sí podía ir.
Al día siguiente Cristina, Cristian y Crisógono ya estaban preparados.
Cristian se había llevado sus cromos de las "ranas acrobáticas". Crisógono no mintió, se había llevado un montón de cremas de cebolla cruda, croquetas,
croasanes...
Cristina se había llevado sus muñecas ,su crin de caballo de la suerte y su crema para el pelo.
Entre los tres crearon una barquita con varios nenúfares. Les quedó bastante bien.
Era un perfecto crucero. Para remar, ellos se turnaban. La que menos remó fue Cristina porque era la que tenía menos fuerza.
Cuando cruzaron la laguna encontraron un pueblo muy bonito. El pueblo se llamaba Cristalino.
Cristina le preguntó a la primera persona que vio:
-¡Hola! Por favor, ¿me podría decir dónde se encuentra la escuela para aprender a croar?
- Sí, bonita, está justo cruzando esa esquina. Si queréis os puedo llevar yo, soy la directora del centro.
- Vale, muchas gracias, ¿cómo se llama? -le preguntó Cristian.
- Yo soy la señorita Cristal -contestó la profe.
- Nosotros somos Cristina, Cristian y Crisógono -dijo Cristina.
- Bueno , ya que nos hemos conocido, vamos a la escuela. Pero tenéis que saber una
cosa, esta escuela se llama Croa-croa y tiene contraseña. La contraseña es:
CRA-CRE-CRI-CRO-CRU.
Al cabo de unos días en la escuela Cro-croa, Cristina aprendió a croar,
gracias al apoyo de sus compañeros y de la señorita Cristal.
-Gracias señotita Cristal -le dijo Cristina- Nosotros tenemos que cruzar la laguna e ir a casa.
- Bueno , que os vaya bien - se despidió la señorita Cristal.- ¡Adiós!
-¡Adiós! -dijeron las tres ranas.
Cuando ya se despidieron de Cristal, las tres ranas fueron a buscar su barquita. Estaba en perfecto estado.
Subieron en ella y por el camino vieron a unas crías de pato muy bonitas. Por ese tramo fueron un poco más rápidas porque...
¿quién sabe si los patos tendrían hambre?
Cuando cruzaron la laguna y llegaron a su casa, sus padres se pusieron muy contentos a ver que Cristina ya croaba.
Al día siguiente en el colegio no se burlaron más de ella , porque era la que mejor croaba de todas . Las demás ranas le pidieron perdón y ella les perdonó.
Cristina ya no tuvo más problemas con sus compañeros ni con su profe.
Al final Cristina fue la mejor en la clase de croar y fue muy feliz.
Esther de Frutos Sanz
5º de Primaria
C.P. Zulema (Alcalá de Henares)
"LAS AVENTURAS DE
DAVID Y DANI"...
en el reino de la da, de, di, do, du
En una ciudad de Indonesia vivían Dani y David, que eran dos hermanos parecidos. Siempre estaban durmiendo, se levantaban a las tantas y no hacían nada. Hasta que un día encontraron una carta dorada y empezaron a leerla con mucho entusiasmo. La carta decía que el que la encontrara e hiciera todo lo que ponía en ella, viviría muchas aventuras.
Los dos hermanos decidieron que harían todo lo que en ella pusiera, además como ya eran mayores de edad,
pues Dani tenía dieciocho años y David diecinueve no tendrían que pedir permiso a sus padres para que les dejasen irse de aventuras por todo el mundo.
Estaba todo decidido iban a ser detectives por sesenta y dos días.
Corriendo fueron a la tienda de Doroteo, que era un señor regordito y risueño, el que vendía de todo.David y Dani pidieron una avioneta verde y pagaron por ella doce mil euros. Guardaron en la avioneta todas sus cosas, los dulces que tanto gustaban a David, los dátiles que entusiasmaban a
Dani,
sus discos, discmans y todo lo que creyeron que les haría falta en un viaje de aventuras como el que estaban a punto de realizar.
Salieron a las diez en punto de la mañana siguiente. En el trayecto se les rompió el mapa que llevaban para guiarse y tuvieron que aterrizar en Madagascar.
Allí conocieron a un viejo que tenía un doberman llamado Dado de color anaranjado. El viejo les dijo que si querían al perro se lo
regalaba. David y Dani pensaron que sería una gran ayuda llevar consigo un doberman
para que los defendiera en caso de emergencia. Dado corrió hacia una arboleda llena de cardos, iba olfateando algo.
Llegaron a un puente y Dado empezó a gruñir, había olido a un oso pardo. El oso fue a por David hasta que al final le mordió.
Cuando volvieron vieron al viejo que se estaba muriendo, le había dado una diarrea por un producto del supermercado. Dani se dirigió al Ayuntamiento a denunciar a los propietarios del supermercado. Cuando murió el viejo, el supermercado les pagó a Dani y David una indemnización de veintidós mil euros.
Entraron en la casa del viejo y encontraron un diario plateado donde decía que los herederos eran Dani y David.
La herencia era un avión que era demasiado grande para dos personas. Pero su avioneta estaba averiada.
Decidieron seguir su viaje en su nuevo avión, cuando llegaron a Nueva Delhi descansaron en un hotel y miraron los mapas de la ciudad. Decidieron quedarse unos días y disfrutar de los museos de dinosaurios,
los budas de bronce y todas las maravillas que podían encontrar en esta ciudad. También aquí conocieron a otros dos detectives Eduardo y Águeda de los que se hicieron muy amigos y les dijeron que si les gustaba ser detectives con
ellos. No se lo pensaron dos veces y decidieron que sí.
Al día siguiente Dani , David y Dado fueron detrás de Eduardo y Águeda porque estaban buscando a un malvado bandolero llamado Dámaso que robaba a los ricos su dinero y sus diamantes. Dado empezó a olfatear hasta que llegaron a una cascada . Siguieron a Dado y entraron a una cueva que estaba desierta hasta que oyeron voces. Corrieron para encontrar un pasadizo que conducía a las voces, miraron a ver quién era. Vieron a Dámaso y a un diablo llamado Nadal.
Eduardo y Águeda dispararon a Dámaso y quedó herido en el suelo. El diablo desapareció, Dámaso sacó su arma pero Dado le desarmó mordiéndole un poco. Eduardo sacó las esposas para arrestar a Dámaso y lo llevaron a la cárcel.
Daniel Selva Real y Alejandro Olmo Herrera
6º de Primaria
C.P. Zulema (Alcalá de Henares )
"LAS AVENTURAS DE
LA F"
La f fregaba
el suelo con la fregona. Cuando terminó de
fregar la casa,
fue al campo a ver a las
flores y vio una flor fea, feísima. Volvió a
casa
a recoger a su amiga Florinda y las dos se
fueron a la feria, se
montaron
en un teleférico y después subieron a un
elefante del tiovivo. La f y su
amiga Florinda se tomaron un
café en la cafetería.
Al día siguiente, f y Florinda salieron a un
safari con la familia.
Vieron
elefantes, focas, jirafas, delfines y se
fueron a cenar huevos fritos
con
patatas fritas, de postre tomaron
fruta: fresas y frambuesas. Felices, se
fueron a su casa a dormir.
Cuento realizado por:
Los alumnos de Infantil de cinco años B
C.P. Zulema (Alcalá de Henares )