PALABRAS DE LA SEMANA
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Las palabras que están escritas en la pizarra tienen todas una cosa en común: el sonido ca-co-cu-que-qui.
Míralas, léelas muchas veces, recuérdalas, mézclalas con otras y te saldrá un cuento, una historia mágica. Yo te propongo dos cuentos. Fíjate, el segundo es bastante travieso.
¿Cuál es el tuyo?
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Éstas son mis historias
Título: EL MOSQUETERO GLOTÓN
Llegó un mosquetero y le dio un mordisco al queso. ¡Qué rico!, luego entró en la casa y vio en la cuna a un niño comiendo pan con mantequilla mientras acariciaba la cola de mi gato que se llamaba Camino. Se hizo de noche y el cielo se llenó con quinientos puntos azules.
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Título: LA COLA DE LA CUNA
Quinientos quesos ricos llegaron corriendo por la cola de una cuna. Se pusieron a darle mordiscos a la casa de la esquina. La mantequilla les regañó y los acostó en un camino tapándolos con un mosquetero picante y rico.
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Cuentos recibidos...
El queso de mantequilla
El rico mosquetero venía por el camino con quinientos amigos. Llegaron a una casa muy bonita donde había una niña con una gran cola en el pelo en una cuna comiendo un queso de mantequilla de un solo mordisco. Quedaron pasmados.
Alejandro Pérez Núñez, 2º C, colegio Cerrado de Calderón. Málaga
Queso fundido para mi abuela
Un mosquetero encontró en sus casa quinientos trozos de mantequilla y queso especialidad de su abuela, ésta vivía en una pequeña casa cerca del camino llamado El rico queso, un día el mosquetero se encontró un ratón, bueno en realidad sólo le vio la cola y los mordiscos que había dejado en el queso. el mosquetero enfadado fundió todo el queso y se marchó a casa de su abuela y le regaló toooooooooooooodo el queso fundido con mucha ilusión.
Rosa, 3º primaria. Colegio San Ildefonso. Almería.
Sin queso me quedé
En mi casa yo siempre hago queso y mantequilla, un día invité a un mosquetero que encontré en el camino y dijo "qué rico se ve ese queso". Mientras lo observaba fui a la cuna a buscar a mi hermanito, cuando regresé ya no estaba. quinientos mordiscos le dio al queso. La cola del gato le pisó y del susto se arrancó y sin queso me quedé.
Natalia Arenas Morales, 5to A. Colegio Monte Olivo. Puente Alto. Chile
LA CUNA DEL MOSQUETERO
Había una vez un mosquetero que tenía una cuna de queso. Un día, el mosquetero, se casó y se compró una casa. Al día siguiente, tuvieron un hijo y lo metieron en la cuna de queso. Al instante apareció una rata y se comió toda la cuna de queso y el niño se echó a llorar. La rata se puso amarilla y luego se convirtió en quinientos quesos en miniatura porque la cuna era mágica.
Sara Rodríguez Juan, 3ºA PRIMARIA. colegio Valentín García Yebra. Ponferrada.
El mosquetero
Por un camino muy oscuro iba un mosquetero con queso, y se encontró con quinientos mosqueteros, y le mordieron la cola. Ellos se cayeron a un río dónde había cocodrilos. Los cocodrilos atacaron a los quinientos mosqueteros, el mosquetero que quedaba fue a una casa, y comió mantequilla, después el mosquetero se durmió, y cayo en una cuna.
Marcos y Clara, 3ºB PRIMARIA. Colegio Valentín García Yebra. Ponferrada.
El queso azul
Érase una vez un queso que vivía en una casa azul. Un día le dio un mordisco a la pared ,después de quinientos días se convirtió en mosquetero. Al día siguiente se comió pimientos con mantequilla y se fue de camino a ligar novia Se encontró con una quesita muy blanquita. Se casaron y tuvieron varios quesitos.
Laura y David, 3ºB PRIMARIA. Colegio Valentín García Yebra. Ponferrada.
La casa del queso
En una gran ciudad llena de tiendas y comercios, existía una pequeñita llamada "La casa del queso". Era famosa, pues cuando pasaba la gente desprendía un olor muy característico.
La dueña de la tienda tenía una hija que había aprendido a fabricar los quesos más ricos, mantequilla con nueces y otros frutos secos.
Un día un mosquetero de alta cuna y linaje pasaba por allí en un caballo negro con una gran cola rizada y fue a detenerse junto a la casa del queso. El olor tan delicioso recorrió todos sus sentidos entró y pidió a la joven dama probar de sus quesos. Al pegar el mordisco al trozo de queso quedó fascinado por su sabor y pidió a la doncella que fuese su amor.
Quinientos años más tarde sigue en el camino "La casa del queso" que todos los que pasan y entran se enamoran con un tierno beso.
María Eugenia Ruiz, curso de animadores socioculturales. Colegio Divino Salvador. Utrera. Sevilla.
Una vez un mosquetero
Una vez un mosquetero que coleccionaba quesos fue a ver a su hermano que estaba en la cuna. Vivía en una casa un poco pequeña, pero aún así tenía quinientos quesos. Nunca comía queso, casi siempre comía pan con mantequilla porque lo apreciaba mucho. Un día se fue a pasear y sin querer piso la cola de un gato. Por el camino pensaba en comerse un trozo de queso. Se giró y fue rápidamente a su casa, sacó un queso del armario y le dio un mordisco ¡Uhn qué rico estaba!
Y así el mosquetero comió queso.
Itziar Giner Altabás, 4º primaria, colegio Josefa Amar y Borbón. Zaragoza
El queso y el mosquetero
Había una vez un mosquetero que le gustaba el queso con mantequilla, viva en una pequeña casa cerca del río, un día tomó el queso, le dio un mordisco y salieron quinientos ratones. Corrió, se asustó, le piso la cola al gato y cayó escondido en la cuna del niño, que se despertó y lloró, lloró y lloró hasta que le dieron del rico queso con mantequilla.
Ashley, 5to. Escuela Julián Marrero. Corazal. Puerto Rico
Hey! Aquí hay ratones
Érase una vez una niña que vivía en una gran casa. Esta niña pensaba que el queso estaba muy rico y cada noche dejaba uno en la mesilla con un poco de mantequilla al lado para comérselo por la mañana al despertarse. Pero un día se encontró su queso con un pequeño mordisco en el centro. Como no sabía que era se lo dijo a su madre pero ella tampoco sabia lo que podía ser. De camino a casa después del colegio se encontró con un mosquetero que había perdido quinientos ratones. La niña se dio cuenta de que su queso lo había mordido un ratón y fue corriendo a casa, donde encontró a uno en la cuna de sus muñecas. El ratón le saludó con la cola y fueron amigos para siempre.
Cris, 2º curso. España
El descubrimiento del queso.
Érase una vez un mosquetero que nunca descubría nada. Sus amigos siempre estaban descubriendo cosas. Mientras sus amigos comían bistec de ternera el sólo comía un poco de mantequilla. Un día decidió ir a buscar algo por su cuenta, iba por un camino y sin querer piso la cola de un ratón que se estaba comiendo queso, al pisarle la cola soltó de su boca el mordisco que le había dado al queso. De repente vio una cuna que estaba vacía. Allí vio una enorme casa en la que vivía un rey viudo. El rey le pregunto que qué hacia por allí, el le dijo lo que le pasaba. El rey le invitó a su palacio y el le dijo que aún no habían descubierto las flores y que nadie sabia que existían excepto el y el rey. El rey le enseño la habitación donde había quinientas flores y le dijo que el las podía enseñar. Y al final el mosquetero fue aun más rico que sus amigos.
Itziar Giner Altabás, 4º primaria, colegio Josefa Amar y Borbón. Zaragoza
EL MOSQUETERO RICO
Érase una vez un mosquetero rico que vivía en una casa que parecía un palacio. Le encantaba comer queso con mantequilla y le pegaba unos mordiscos que no os cuento. Tenía una hija que dormía en una cuna con quinientos ositos. La casa tenia un camino que conducía hasta el río donde vivía el pulpo que tenia dos colas.
Carmen Pelegrín Camacho, 1º E.P., C.P VALDELAGRANA. EL PUERTO DE SANTA MARIA. CÁDIZ
El mosquetero
Esto era un mosquetero que pegaba mordiscos al queso. Él decía que estaba muy rico. Iba de camino al bosque cuando de repente vio en sueños una cola muy larga. Había quinientos zorros por ahí sueltos, pero no eran ellos. Es que el estaba soñando. Cuando estaba en su casa metido en la cuna se despertó y dijo: ¡He soñado!
Alba Madrigal Rojas, 2ºH, I.E.S Cañada Real. Valmojado (Toledo)
Los niños pobres
Había una vez dos niños que no tenían que comer. Sus padres recogieron leña en el bosque toda la mañana hasta muy tarde, y no sabían que hacían sus hijos en casa. Un día los niños queriendo ayudar a sus padres se iban al bosque, perro, no conociendo el bosque no encontraron el camino, y se perdieron. Pasó mucho tiempo y los niños no salían del bosque, eran muertos de hambre. Un día pasó por allí una vieja, que los encontró y los cogió a su casa para darlos de comer. La vieja parecía una buena mujer y era muy rica. Llegando a su casa después de haber andado quinientas leguas les ponía la vieja a los niños un gran plato con queso y mantequilla. Los niños comieron bien y durmieron dos horas en una cuna bonita. La vieja tenía mucho oro y mucho dinero en su casa pero la vieja era una mujer que vivía comiendo niños y quería comer a estos dos. Los ponía en una olla al fuego y se iba dormir media hora. Uno de los niños salía de la olla y le ayudaba al segundo a salir, punieron en la olla mucha cola.
Mazilu Mircea, 4º ESO B, IES LA PALMA. Castellón.
El mosquetero y su hijo
Érase una vez, un rico mosquetero, que a su vez, tenía dos hijos ,uno bebé y otro muy travieso al que le gustaba mucho el queso.
Un día, de camino a su casa, el mosquetero, llamado Nicolás, no se acordó de que le faltaba queso, y claro, eso era lo único que le gustaba de verdad a su hijo.
Recién se dio cuenta cuando llegó a su casa. Cuando el hijo se enteró, le dio un tremendo mordisco a la cuna de su primo. El padre tuvo que comprar quinientos tarros de cola vinílica para arreglar la cuna. Desde entonces, el niño, llamado Joaquín se tuvo que conformar con comer solamente queso a causa de su pequeña travesura. FIN!
Julieta Serrano.4°año. Escuela Mutualista. Puerto Madryn. (Dr.Avila) Argentina
El rico con mucha suerte
Era un rico mosquetero que su casa era de mantequilla y tenía quinientos quesos, el mosquetero mordió uno de ellos y dentro encontró una cuna y luego encontró la cola de un ratón, era falsa era para que el mosquetero se despistara y el ratón cogiera unos cuantos quesos pero el mosquetero rico no se despistó ni se enfadó, todo lo contrario, le dijo: ¿quieres vivir en mi casa? El ratón aceptó y con la cuna que se encontró puso unas cuantas sabanas y el ratón caminó sobre las sabanas. El rico mosquetero y el ratón se rieron y fueron felices y comieron quesos.
Fran, 5ºA, colegio Santa Águeda. Benicassim (Castellón)
No más queso y mantequilla
En un pueblo cercano al camino de Quebradilla había un quejoso mosquetero que cada día quería y exigía mantequilla y queso para su pan. Quinientos eran los mordiscos que pegaba y otros quinientos fueron los quejidos que salieron de su casa cuando la cuna le pilló la cola a su gato que cayó sobre su comida. ¡Dejó de ser un rico alimento! Entre queja y queja no volvió a comer su queso y mantequilla y ahora come mantecado de vainilla.
Rose Marie Santiago Villafañe, quinto curso(maestra).Escuela Elemental UPR. Río Piedras. Puerto Rico
El Ratón
Un día un ratón le día un mordisco al queso que estaba en la casa del camino viejo a Acapulco y dijo mmm qué rico queso, me podría comer quinientos de éstos, de pronto se atoró su cola en el mosquetero y para zafarse tuvo que ponerse mantequilla en la cola.
Martha Edith Rodríguez Maldonado, 1º, colegio Buckingham de Cuernavaca. Cuernavaca, Morelos. México
El mosquetero y su hambre
Un día iba caminando un mosquetero por el camino de un bosque, y tenía mucha hambre. Entonces vio una casa de mantequilla y queso, le dio quinientos mordiscos y le pareció que estaba muy rico, vio una cola con forma de cuna, se acercó y luego se acostó en ella.
Estefani Rubi Perez Castillo, 5º curso. Colegio Rey Poeta Acolmiztli Netzahualcoyotl. Coacalco
Rico mosquetero
Supe de un rico mosquetero que vivía en una casa hecha de mantequilla con su esposa y su hijo, en el camino para la casa habían quinientos hoyos difícil de llegar, pero eran felices. Dentro de la cuna estaba el bebé, el perro le había dado un mordisco al queso que había en la mesa y se fue corriendo moviendo su cola.
Ivelisse Álvarez, Curso superior. Woonsocket RI. USA
El mosquetero y su queso perdido
Éste era un mosquetero que vivía en una casa cercana al bosque. Un día salio de casa a comprar mantequilla para completar su desayuno. Al regresar a su casa el queso no estaba y se encontró con quinientos ratones de cola larga alrededor de su queso. Él se lo quería quitar y los ratones solo le dieron un mordisco..., no pudo hacer nada, continuo su camino para pensar lo que podía hacer antes de que se terminaran su queso. El mosquetero, tiempo después, se da cuenta de que no era el queso el que rodeaban los ratones si no que tenían una charla y su queso lo había dejado en la cuna. Se sentó a la mesa y se tomó su desayuno que estaba muy rico.
Anais, 4º curso. Centro Educacional Mirador. Santiago. chile
El mosquetero y el conejo
Había una vez un mosquetero que descubrió un camino en el bosque, el mosquetero siguió el camino, allí había un gran espacio, el tenía ochocientos mil pesos y se compró quinientos ladrillos de queso y mantequilla e hizo una casa en el espacio que había en el bosque, se quedó a vivir allí, pero en un pequeño rincón había un pequeño conejito que le gustaba el queso y entonces le pegó un mordisco a un lado de la casa y dijo gritando: "mmm, qué rico". El mosquetero lo escuchó se enojó y le pisó la cola al conejo pero después se arrepintió y lo adoptó, le hizo una pequeña cuna de cristal y vivieron felices para siempre.
Angie Daniela, 4°B. Colegio Marco Tulio Fernández. Bogota-San Ignacio. Colombia
El bebé encantado
Había una vez un bebé un poco particular. Todas las mañanas cuando su tío que era mosquetero lo sacaba de la cuna le echaba un bote de cola a la cara y por si esto era poco untaba la cuna de mantequilla y esturreaba trozos de queso con algún mordisco que otro por toda la casa haciendo un camino que llegaba hasta los quinientos botes de judías que a el le parecía que eso estaba muy rico. Su hermano Sw¡e dio cuenta de que no era un bebé cualquiera y colorín colorado este cuento se ha acabado.
Elena Vidal Jover, sexto, colegio Salesianos. Cabezo de Torres
La Cuncuna
En un hermoso jardín, vivía una linda cuncuna, que todos los días caminaba por un caminito de plata hasta llegar a la casa de la esquina, donde su amigo mosquetero todos los días le daba quinientos pesos para comprar el rico queso. Pero, de vuelta a casa estaba, la cola picante de una culebra que bailaba mucho con la música que estaba en la casa de la cuncuna,. De repente salto la culebra y le quito de un mordisco el queso que se lo comió de una sola vez. La hermosa Cuncuna corrió hasta llegar a su cuna donde lloro hasta quedarse dormida. Finalmente la Cuncuma mamá fue en busca de la culebra y le lanzo mantequilla caliente a los ojos, donde quedó sin ver. Pero ella se arrepintió después de varios días y pidió disculpas a la preciosa cuncuna. Desde ese día fueron muy amigas y recobró la visión para siempre.
Elizabeth Ávila Castiilo, 1º básico, colegio Santo Tomás de Talca. Talca- Región del Maule. Chile
Hikimimuco con una gran vida rara.
Una vez la mantequilla Hikimimuco se fue a bailar el baile del mosquetero y ganó. Y luego le dieron quinientos millones de euros. Ella entonces fue y dijo: Cuando se regresa con alegría a casa una vocecita te da esperanzas. Entonces ella por la mañana desayunó un bocadillo de queso para tener vitaminas porque hoy correría por un largo camino. Cuando llegó al palacio de las Palmas de Gran Canarias vio una cuna y dentro un ordenador mordisqueado. Entonces volvió a su hogar, dulce hogar, con muchas preguntas que preguntó a su mejor amiga la coca-cola que también era su sicóloga, preguntó si había tenido un sueño y ella contestó que no, entonces Hikimimuco se fue a dormir con esperanzas de que mañana le pasase lo mismo aunque en el fondo estaba asustada.
Laura, 4ºC de primaria, colegio Cerrado de Calderón. Málaga
LA CASA DE LAS PALABRAS
HABÍA UNA VEZ UNA CASA EN DONDE EXISTÍAN 10 PALABRAS COMO LAS SIGUIENTES: QUESO, MOSQUETERO, CASA, MANTEQUILLA, MORDISCO, QUINIENTOS, CUNA, CAMINO, COLA Y RICO, QUE EN ESA CASA LAS UTILIZABAN MUCHO LOS HUMANOS.
MARIANA MACIEL CHALICO, PRIMARIA, COLEGIO BENEMERITO DE LAS AMERICAS. EDO. MÉXICO UNIDAD HABITACIONAL GALAXIA CUAUTITLAN
En el fondo del bosque había un castillo de mantequilla el rato tenia un mosquetero que siempre usaba una cola, a él no le agradaba el rey por ser tan rico se creía dueño de las cosas de otros y le robaba queso a cuna era una señora amable el numero de su casa era quinientos el rey asta se lo comía a mordiscos en el camino ,la casa de cuna era pequeña.
Daniela, 4º, The workshop. Mérida-Yucatan
El mosquetero rico
Había una vez un mosquetero (Era hermoso y rico). El mosquetero,un día estaba tan tranquilo y de repente tocaron la puerta (TOC TOC) ¿Quién es? -¿Quiere vender su casa?, dijo el hombre. El chico contestó: No, es al lado, donde siempre cenan mantequilla y queso.
Al rato se escuchó: ¡aaaaaa!, como si le hubieran dado un mordisco a los vecinos. En ese momento vio una cola larga: ¿qué es esto? Ahaaaaaaaaaa, los quinientos burros viene en camino.. CONTINUARÁ
Nicole Mora Morales, 5ºA, CEIP República de Urugüay. Carpetena
Un mosquetero de pelo en pecho.
Hace ya bastante tiempo había un mosquetero de pelo en pecho. Siempre iba caminando a todas partes, tenia una casa en el monte Quinientos, una zona tan peligrosa que si te caías a la lava te convertías en mantequilla de queso, también había un monstruo que si te pegaba un mordisco te comía entero, pero tenia una cola tan enana tenia que dormir en una cuna. El mosquetero siempre cenaba algo rico.
Patricia Yeste Aparicio, 4ºB. Colegio Santa Teresa de Jesús. Torrent
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